Al despertar, me quedo un rato en la cama pensando en los devenires de la vida,
¡vamos… en mis cosas como to’ el mundo!
Una tenue luz entra por mi ventana.
—¿Por qué siempre olvidaré bajar la persiana?—murmuro—.
Aún no ha amanecido, —me pregunto de dónde vendrá esa luz—.
—¿Será la luz que me guía?.
—¡Ah no… no, no!
Viene de la ventana de un vecino, que por cierto, debe de tener bombillas mega luminosas, de bajo consumo, por supuesto, ¡qué si no menudo gasto!
Estoy contenta, inspirada, siento que tengo una corazonada, abro mis ojos, miro hacia arriba, disfruto las cosas buenas que tiene la vida…
¡Uf… Manganiello de mi vida!
— Normal que la Vergara tenga esa piel, totalmente justificado hija mía…
—¡Por los clavos de Cristo! — Qué diría mi prima.—
— Ay… ¡QUÉ CALOOORRRRR!
—¿Qué es eso que hay en la lámpara? —Voy a ver—
La tenue luz del amanecer, —bueno, más que la luz del amanecer, la que me presta el vecino— me impide ver con claridad qué es…
—¿Es un hilo? ¿Cómo ha llegado un hilo hasta ahí?.
Enciendo la luz, —¡¡VAYA… MALDITA SEA!! No es un hilo, es una finísima tela de araña. ¿Dónde estará la arañita que se dedica a hacer estos puentes colgantes?
¡Qué calor pasará la ahí pobre… de bombilla a tulipa, de tulipa a bombilla!
Igual no pasa calor, y lo hace cuando la luz está apagada, —no, si tonta no es la arañita—.
Me distraigo de nuevo mirando por la ventana, ya ha comenzado a amanecer, aunque el vecino sigue a tope de luz, —pienso—¡Qué barbaridad! Le van a denunciar por contaminación lumínica.
La corazonada me invade de nuevo —sonrío— ¡HOY VA A SER UN GRAN DÍA!
De repente suena el teléfono —me sobresalto—. ¿Quién será?
¡Oh vaya… tan solo es la alarma! —¡Qué decepción!—.
La verdad, es que no sé porque me sorprendo tanto, —¡Es la cuarta vez que se repite!—
Si en lugar de hacer pipipipi, pipipipi, —bueno la mía hace titototin titototim, o algo así, vamos el clásico sonido de alarma de Samsung, el que viene por defecto, qué no lo he cambiado ni na’—
Pues eso, que si en lugar de sonar, pudiese hablar me diría:
—Vamos hijaaaa… es la cuarta vez que te aviso, y tú ahí con tus luces tenues, tus devenires, tus corazonadas y tus tontunas, —¡ANDAAA… levántate ya! Con el día que te espera y tú ahí perdiendo el tiempo…
Lo primero levántate, y quita la finísima tela de araña, bueno no, luego lo harás… mejor ve al baño y después prepárate un café… ¡qué estoy notando que lo necesitas! y hazme otro a mí… NO, he cambiado de opinión, casi mejor que no me lo hagas, a los móviles nos va mal el café, —nos ponemos a vibrar y no podemos parar—.
—Gritaría—¡¡¡Pero vengaaaaa!!! ¡Quieres hacer el favor de levantarte YAAAA!
—Y después de la exaltación con voz relajada diría—
—ESPERA… NO… mejor mira a ver que dice tu horóscopo para hoy y al quinto aviso te levantas.
¡¡¡BUENOS DÍAS!!!
Deja una respuesta