11:00 de la mañana me enamoro en el Metro… sí, ¿qué pasa? Chico guapo, simpático y empotrador… ¡o no! Aunque yo prefiero pensar que sí, ¡Qué me hace ilusión!!!
Me mira, le miro, nos miramos, sonreímos… «¿Le digo algo? ¿Pero qué le voy a decir?¡qué vergüenza… no, no, paso!»
Me vuelve a mirar, le vuelvo a mirar, ahora ya la sonrisa es más amplia (lo mío rozaba la carcajada, que le voy a hacer, soy así)
¡Ufff! Salvados por la campana, le suena el teléfono. Sí, sí, le suena el teléfono… porque el metro de Madrid además de volar tiene cobertura.
Escucho su voz y me enamoro más… Termina su conversación y vuelta a las miradas con sonrisa. «¿Le digo algo? ¡Ufff… no! ¡qué vergüenza!!!
¡Upssss… mi parada, tengo que bajarme!!!
Salgo del vagón, dejando a mi enamorado dentro.
Con la empanada del enamoramiento fugaz, me despisto y termino saliendo por donde no es…
Subo mi último tramo de escaleras pensando… «¿ dónde cojones llevará esto? Y… ¡Ohhh sorpresa! aparezco en una plaza archiconocida de Madrid y… ¡Ohhh otra sorpresa! Día espléndido y un montón de terracitas abarrotadas de gente, porque a pesar del tímido Sol la temperatura es ideal.
Pues ya que estoy aquí voy a tomar algo… echo un vistazo para decidir en qué terraza sentarme, sólo hay mesa en un bar de esos de muchos montaditos…
«¡Pues aquí, qué más da!»
Entro a pedir porque no sirven en las mesas y un adolescente con pinta de hombre mayor, intenta ponerse delante de mí en la fila, pero no se lo permito…
«Pero bueno, ¿es que no respetan a los mayores o qué?»
Pido, una Coca cola Zero y un par de montaditos, lo que viene siendo la versión salada de un café con sacarina y un brownie de chocolate. Yo siempre versión salada, porque el dulce no me va mucho, bueno sí… sí me va… me van los besos dulces, los abrazos dulces y los… pues eso, que esos dulces si me van.
Bueno a lo que vamos que me disperso… y en lugar de “Me encanta Madrid” se va a convertir en otra cosa.
Me siento en una mesa y empiezo a mirar, pero viendo, no a mirar sin ver, ¿no sé si me explico? es decir, a prestar verdadera atención a lo que me rodea, al ritmo de la ciudad, a las muchísimas personas que transitan por allí, a los que están sentados a mi alrededor… A ver eso que normalmente no vemos…
A mi derecha un señor que acaba de estrenar sus zapatillas de running, no para ir a correr, se ha sentado en una mesa a leer el periódico, no toma nada… pero lee el periódico, porque sí, porque él lo vale…
A mi izquierda tres veinteañeras tomando jarras de cerveza, es miércoles, los miércoles jarras de cervezas a 1€ y ahí las tenéis a las 11:30 tomando jarras de cerveza en una terracita al Sol.
Saco el teléfono, miro el Whatsapp un montón de mensajes de los grupos del cole, leo por encima y decido escuchar algo de música, me pongo un auricular (solo uno, que si me pongo los dos no me entero de naaaa’)
Click a mi Spoty… Uhmmm ¿qué escucho? Ya sé… mi machacada lista de los últimos meses y ahí estoy viendo pasar la vida con “Mi Manu”, “Mi Vane”, “Mi India” y muchos más… disfrutando de este día.
¡Oh… vaya!!! Está lista me recuerda mucho a “alguien”, alguien muy especial, alguien maravilloso, alguien que aún sin saberlo, me puso de nuevo en el camino, me hizo volver a andar (a correr diría yo) me hizo ver que la vida continuaba y que había, sin duda alguna, mucho más… y como siempre su recuerdo me hace SONREIR.
Automáticamente me olvido de mi enamorado “pasajero del metro” (no debía estar muy enamorada…), porque este recuerdo lo expulsa rápidamente…
Sabéis estas personas amigos, amantes, familia, lo que sea… que de repente sin saber ni cómo ni por qué aparecen en tu vida para cambiarlo todo… ¿Sabéis de lo que hablo? ¡Pues este “alguien” es una de esas personas!!! Son personas que llegan y se van, o no!
Llegan a tu vida para cumplir su misión, su función, son personas que de repente te sacuden con fuerza, te ponen los pies en la tierra, elevan tu autoestima hasta el infinito y más allá, son PERSONAS MÁGICAS, ellas creen que no hacen nada especial pero sí que lo hacen, vaya si lo hacen!!
En la mesa de enfrente dos “setentañeras” pintadas como puertas y como recién salidas de la peluquería, probablemente se han levantado hace muchas horas y se han arreglado (como seguramente hacen todos los días) porque han quedado con una superamiga para desayunar.
Y ahí las tenéis echándose unas risas mañaneras que les harán cargar las pilas para todo el día.
En otra mesa más alejada, una señora tomando café con su Yorkshire en un carrito para perros, ¡sí, sí un carrito para perros! ¡Cómo si fuese un bebe, que para ella sin duda lo es, su bebe!
Fumando un purito al más puro estilo Sara Montiel, genial, encantadora!!
Aparece una comitiva oficial… ¡no podéis imaginar que despliegue!!! Rolls-Royce, Porche, otros coches que a mí me parecían muy vintage pero vete tú a saber porque no entiendo mucho de coches…
Todos esos estupendos coches flanqueados por no sé cuántos policías ¡Increíble!!! Alucinando estoy todavía… ¿pero esto quién lo paga??? ¡Ahhh sí… nosotros!!!
La mayor parte de la gente que estábamos en las terrazas nos giramos para ver qué pasaba… Sobre las escandalosas sirenas que apagaban el ensordecedor sonido de la ciudad solo se escuchaba a las veinteañeras de mi mesa de la izquierda, ya un poco “piripis” producto de las jarras de cerveza a 1€
He mirado quien podría ir en la comitiva y solo está de visita en Madrid el presidente de Argentina con su esposa y cinco ministros…
«¡Joder! ¡Pues digo yo qué tampoco son tantos pa’ tanto despliegue!!!»
¡Ya podrían ir todos en un microbús que total solo iban a comer invitados por el Rey al Palacio Real!!
Yo como sugerencia les propongo que viajen en Metro. Al fin y al cabo aquí no les conoce nadie… es una buenísima opción, un poco caro si no tienen abono transporte, pero seguro que se lo pueden permitir…
El Metro de Madrid vuela tiene cobertura y lo mismo hasta se enamoran en un vagón cualquiera…
Después, paseo y vuelta a casa… ¡aún me dura la sonrisa por mirar y realmente ver!!!
¡ME ENCANTA MADRID!
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