Sin poder parar de sonreír, finalmente a Penélope la abrazo la almohada y cayó en un sueño profundo. Dormía plácidamente, cuándo de repente, aún de madrugada, se despertó...
Valentín, no paraba de firmar hábitos y sotanas con su nombre. Apenas podía caminar por la calle, tuvo que contratar un representante y una empresa para gestionar el merchandising.
---¡Joder! ¡Fuck! y así en varios idiomas... ---Yo solo estos dos, porque que no sé más, (pero lo repito muchas veces y el efecto es el mismo)---.
me invitas a un finde por ahí, con cervecitas, jamón y por supuesto largas noches de pasión y desenfreno.
¡Talento y un secreto!
Un secreto misterioso, oculto y desconocido,
invisible e intangible para la inmensa mayoría.
Enigmático, encantador y fascinante...
cautivador...
pero solo para aquellos que lo pueden adivinar.
Cuando ya doy por absolutamente perdida la Navidad… por algún motivo que desconozco, y que sin duda no deja de sorprenderme…
Esperando nada, buscando nada…
¡TODO EMPIEZA A CAMBIAR!
No puedo estar más absolutamente perpleja con las cosas que suceden.
Así, sin comerlo ni beberlo, invadida por la apatía más voraz, imbuida por una inmensa tristeza…
De repente… ¡Me invitan a cenar!
De repente… ¡Vuelve la inspiración!
De repente… ¡Llega una señal!
De repente… ¡Encuentro las respuestas que estaba buscando!
De repente… ¡Una persona me da las indicaciones precisas para ayudar a quién más me importa!
De repente… ¡Descubro el porqué de mi comportamiento!
De repente… ¡El trabajo da un giro radical!
De repente… Voy a la ferretería a comprar tornillos y el ferretero me los regala… y no solo eso, me dice espera, espera, tómate unos pasteles… y ya saliendo, me dice, no te vayas que te invito a…