Yo bebo los vientos por febrero… —aunque soy más de marzo—.
Sé que para la mayoría no es un gran mes, es cortito, frío, no tiene festivos, y mucho menos puentes, pero de verdad…
—¡Febrero, tiene su encanto!—.
Aunque no lo notéis, los días son más largos, de repente, un día sale el Sol, y hace hasta calor…
—¡La primavera, que la sangre altera… se acerca!—.
Se cumple la primera semana y ya parece que está casi finalizando.
—¡Cómo es corto el pobre!— ¡Cuándo te quieres dar cuenta… ya está acabando!
Hasta el día 14 le conocemos como «EL MES DEL AMOR», pero a partir del día 15 (según como se haya portado SAN VALENTÍN) algunos y algunas le conocen como el mes de:
¡VAYA MIERDA DE REGALO!
—¿Pa’ qué coño quiero yo un kit de cocina?— que contiene:
- Un deshuesador de aceitunas
—Está claro, —como todos sabemos—, las aceitunas sin hueso son dificilísimaaassss de encontrar, lo que supone que este aparato sea totalmente imprescindible en nuestras vidas—.
- Un descorazonador de piña
—¡Ujjjjummm!—.
—Maravilloso… —nunca lo hubiese pensado—, ¡Ahora mismo me voy a por unas piñas para estrenarlo!
—Será que en las casas no suele haber cuchillos—.
- Un machacador de ajos
—¡Oh sí! ¡Gracias, gracias, gracias!
—Toda la vida sin poder machacar ajos por falta de este artilugio—.
- Un cortador de huevos
—¿En serio? ¿Un cortador de huevos?
—Cocidos y pelados, por supuesto.
—Tienen que estar cocidos, tan cocidos… como la cabeza del que lo inventó—.
Debido a su extrema dureza no se pueden trocear a cuchillo.
—A mí, cómo qué este cacharrito, se me ocurre utilizarlo (usando la literalidad de su nombre), en «muchos lugares»—.
—¡Manda huevos!—.
- Un atrapa pepinillos
—Pero, por favor, ¿alguien me puede explicar para qué es necesario un atrapa pepinillos?
—Sí, sí… ya sé, es muy obvio, —¡Para atrapar pepinillos!—.
—Os aseguro que conozco mejores formas de hacerlo, todas ellas mucho más sencillas que tener un kit que contenga un accesorio atrapa pepinillos… y si no son más sencillas, al menos, son mucho más rápidas y prácticas.
Y, por fin… el un único integrante del Kit que sirve para algo:
- El abrebotellas o sacacorchos
Rápidamente piensas, ufff… —Al menos esto vale para algo—.
Seguramente tengas en tu haber 3 o 4 sacacorchos, abrebotellas o similares,… pero bueno, tras el tremendo «momentazo regalo», lo único que se te ocurre es estrenar al útil componente del «maravillo kit». Abrir una botella de Ribera del Duero o cualquier otra que encuentres entre tus fabulosos vinos, y bebértela enterita —casi sin respirar—-.
Fundamentalmente, para que se te olvide lo de «el regalo», y no mandes al portador de tremendo presente, ipso facto con su madre.
Si no os regalan el tan socorrido y útil kit de cocina, puede ser otra perlita similar…
Véase:
- Yogurtera
- Maquinita para hacer cupcakes
- O la tan socorrida… amasadora de pan.
—TODAS ELLAS, POR SUPUESTO, SUPER ROMÁNTICAS—.
Ante tal despropósito —piensas—, —¿Espero que venga con ticket regalo y lo pueda cambiar?—.
Y bebes… y bebes… —sin dejar de pensar—.
—Ticket regalo, cambiar, cambiar… devolver, cambiar…
—¡Qué digo cambiar! ¡qué me devuelvan el dinero! y salir corriendo de esa tienda… —no vaya a ser que se me ocurra cambiarlo por un juego cuchillos para cortarme las venas—.
—Aunque total seguro que no cortan—.
Según el nivel de la botella de vino va bajando tú sigues pensado…
—¡Vaya tela… qué no puede ser tan difícil!—.
—¡Joder! ¡Fuck! y así en varios idiomas… —Yo solo estos dos, porque que no sé más, (pero lo repito muchas veces y el efecto es el mismo)—.
—Piensas de nuevo—, en el ser que tiene los pies más cerca de casa de su madre, que de la tuya, y en…
—¿Cómo se te ha podido ir esto de las manos?—.
—Otro vinito, que esto no hay quien lo resista…—.
El kit debería haber llevado un marcador de nivel de botellas… porque vaya ritmo.
—Oh Yeah!!!
Tu cabeza está que echa humo… —y piensas en decirle—
—Joder churri (o cómo le/la llames),
—¡Qué a mí me vale con que me dediques una simple canción!
—Algo sencillo… al despertar… una bonita canción de amor, y ya si lo acompañas de un gran polvo, ¡Pues te sales!
Todo gratis, no tienes que invertir nada de nada, solo tu imaginación.
O bien, si quieres gastarte algo de dinero, pues para bordarlo… me invitas a un finde por ahí, con cervecitas, jamón y por supuesto largas noches de pasión y desenfreno.
—Sí, sí… soy muy básica, que le voy a hacer—.
Pero no se lo dices. Sigues ahí, mirando el puñetero kit, y lo único en lo que piensas es en ir a la cocina, pero no a estrenar tu regalo, más bien, a por otra botella de Rivera, o en su defecto, cualquier otra cosa que contenga alcohol, para no darte cabezazos contra la pared.
Lo más importante, es que este pequeño detalle te lleva a «la gran conclusión»:
—lo mejor que puedes hacer en este momento—.
Llamar a tus amigas para ir a «cambiar el regalo»…
—Mis amigas y yo cambiando el regalo—.
Estás plenamente convencida que ellas se van solidarizar contigo, —porque han probado de la misma medicina, (nada terapéutica, por cierto)— y por supuesto te van a animar.
Además tienes clarísimo que ellas nunca te abandonaran…
—Mis amigas y yo dentro de muchos años—. (El resto habían ido a por otra copa).
Dedicado a todos aquellos que SAN VALENTÍN y el febrero del Amor no os afecta, o no nos afecta…
—Aunque al final, un poco afectados estamos todos, ¿No?—.
Podemos otorgarle al rapidito febrero otros eslóganes:
—¡Joder que puñetero frío hace!
—¡¿Pero cuando termina la cuesta de enero?!
—O mi favorito…
¡ESPERO QUE EL PRÓXIMO FEBRERO ME TRAIGA LO QUE QUIERO!
Cómo yo te amo, cómo yo te amo
Convéncete, convéncete
Nadie te amará
Cómo yo te amo, cómo yo te amo
Olvídate, olvídate
Nadie te amará, nadie te amará
Nadie porque
Yo, te amo con la fuerza de los mares
Yo, te amo con el ímpetu del viento
Yo, te amo en la distancia y en el tiempo
Yo, te amo con mi alma y con mi carne
Yo, te amo como el niño a su mañana
Yo, te amo como el hombre a su recuerdo
Yo, te amo a puro grito y en silencio
Yo, te amo de una forma sobre humana
Yo, te amo en la alegría y en el llanto
Yo, te amo en el peligro y en la calma
Yo, te amo cuando gritas cuando callas
Yo, te amo tanto, yo te amo tanto yo
Como yo te amo,como yo te amo
Recuérdalo, recuérdalo
Nadie te amara
—No le olvidéis… —que vuelve todos los años— .
—Amad al fabuloso y simpático febrero como yo le amo.
¡FELIZ RESTO DE FEBRERO!
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